jueves, 26 de febrero de 2009

El equipo de los toreros

Muchos de ustedes ya saben que yo no soy mucho de los toros, sin embargo eso no significa que no reconozca a los personajes importantes de la vida sevillana, andaluza y nacional del siglo pasado. A principios de ese siglo la verdadera rivalidad no estaba en el fútbol como hoy en día, la verdadera rivalidad se discernía en el ruedo.

Joselito y Belmonte… Belmonte y Joselito levantaban pasiones en la Sevilla dual.

Joselito el Gallo nació en Gelves (Sevilla), el 8 de mayo de 1895. Era nieto, hijo y hermano de toreros, era bien parecido y tenía el don de la sabiduría como ningún torero lo ha tenido; porque lo que otros conseguían después de un duro y largo aprendizaje, él ya lo tenía desde chico, aprendido de sus hermanos Rafael y Fernando que le transmitieron todo el conocimiento que su tío José Gómez aprendió de Lagartijo. Dominaba todas las suertes, era la ciencia hecha torero y la fama lo proclamó desde sus comienzos.

Joselito El Gallo

Obsesionado con la perfección, se preparaba concienzudamente antes de la temporada, dirigía la lidia con precisión y autoridad, y reunió la cuadrilla más eficaz y disciplinada nunca vista. Llevaba en ella a su hermano Fernando, el único de quien admitía consejos, quizá el más imaginativo y sabio de la casa, más en calidad de asesor técnico que de torero. Tan seguro estaba de su poder, que fue el primero que ordenó taparse a las cuadrillas durante el tercio de muerte. Joselito fue además cuñado de Ignacio Sánchez Mejías, sevillista que fue presidente del Betis.

Pero en Talavera lo mató “Bailaor”, un toro de la viuda de Ortega, una ganadera desconocida, cuando estaba en la cima de su poderío, aunque desde 1918 arrastraba una honda depresión por la injusticia del público, la campaña en su contra del crítico de ABC Gregorio Corrochano y sus amores frustrados por el rechazo social de la aristocracia sevillana.

¡Se acabaron los toros...!, dicen que exclamó Guerrita cuando supo la noticia.

Desde entonces el día de su aniversario las cuadrillas se desmonteran al hacer el paseíllo y guardan un minuto de silencio en su memoria. La Macarena, de la que era hermano, se vistió de luto y su funeral se celebró en la catedral de Sevilla. En la madrugá siguiente dicen que se oyó una saeta:

Ven pasajero, dobla la rodilla,
que en la Semana Santa de Sevilla,
porque ha muerto José,
este año estrena lágrimas de verdad la Macarena.

Está enterrado en el cementerio de San Fernando y sobre su tumba se levanta el más hermoso mausoleo que jamás haya tenido torero alguno, obra de Mariano Benlliure.

monumento
Juan Belmonte García mantuvo una rivalidad inicial con Joselito, el Gallo, aunque a partir de 1915 se complementaron, José aprendió el temple de Juan y Juan el dominio de José. José mandaba en la fiesta y Juan aceptaba la dictadura de él, Lo que diga José, decía.

Una anécdota retrata a los dos toreros: Cuando Joselito era ya novillero famoso y Belmonte aún luchaba por abrirse camino, coinciden los dos en un tentadero. Belmonte se va a la becerra y la cita. Joselito le advierte: En ese terreno te va a coger, muchacho. Belmonte no se inmuta y la becerra lo voltea. Insiste Belmonte y consigue torear a la becerra, luego se encara al torero famoso: Que me iba a coger ya lo sabía yo, le dice, pero la gracia estaba en torearla justamente en ese terreno. Aquella respuesta incomodó tanto a Joselito que ya no dirigió la palabra a Belmonte en el resto la jornada.

juan_belmonte55
Belmonte era la antítesis de Joselito: torpe y desgarbado, largo de brazos y débil de piernas, escaso de técnica, sólo podía torear como lo hizo. El Guerra aconsejaba a cuantos quisieran verlo que se apresuraran, porque no duraría mucho. Pero a Belmonte lo acompañó la suerte, no sufrió cornadas graves, aunque tuvo muchas cogidas, pudo perfeccionar su estilo y en 1919 redondeó una temporada triunfal con un toreo poderoso que lo acercaba a José.

Fue el favorito de intelectuales y artistas, a quienes llevó a los toros fascinados por su intensidad dramática. Un grupo de ellos, encabezados por Valle-Inclán y Pérez de Ayala le ofreció un homenaje el 28 de junio de 1913. Había nacido en Sevilla el 14 de abril de 1892 y el 8 de abril de 1962 se quitó la vida de un tiro.

Joselito era muy sevillista. Mucho se sabe del hecho de acudir a entrenarse al Campo de la Reina Victoria Sevillista donde departía conversaciones con sus amigos Spencer y Kinké. En la prensa deportiva hemos podido encontrar alguna crónica sobre su muerte:

Joselito_ha_muerto

Se rumorea que Juan Belmonte también fue sevillista, aunque no podemos afirmar categóricamente ese extremo. Se le vio en alguna ocasión hacer el saque de honor en el estadio del Sevilla FC.

juanbelmonte-saquehonorsevillabetis

Sin embargo lo más próximo que encontramos es una crónica donde se llama al equipo del Triana FC como “los partidarios de Belmonte”:

triana

Muchos presumen de ser del equipo de los toreros, pero los toreros, (los grandes), estuvieron siempre en el mismo sitio.

Gracias a Don Aurelio Mena Hornero por la información de su web,