lunes, 24 de enero de 2011

ADIÓS, AMIGO MÍO

Tiempo tendré de escribir de esas cosas que tú y yo hemos hablado cientos de veces, todos los días, uno tras otro, querido compañero de partidos, querido maestro. Las lágrimas no me dejan escribir más que unas palabras de despedida para hacer pública la mala noticia para el sevillismo desde esta palangana que tanto tiene de ti.

Tú me enseñaste a amar un poco más al Sevilla FC si cabe. Aquella parte romántica de los primeros entre los primeros que nos llevaron a la gloria tantas veces y que con ese halo envolvías y llenabas de esa magia que nos encandilaba. Tú que escrutabas lo más recóndito de nuestra historia y nos sorprendiste en multitud de ocasiones.

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Hoy nos sentimos huérfanos. Tristes, desconsolados y vacíos.

Huérfanos de la sabiduría sin fin, de tu amistad y de tu persona.

Todavía, escribiendo esto no me lo puedo creer.

Descansa en Paz querido amigo, querido maestro, querido compañero. Tu legado queda ahí, Don Agustín Rodríguez..

El sevillismo no te lo podrá agradecer nunca suficientemente.

Un abrazo muy fuerte para su familia.