lunes, 21 de febrero de 2011

YO VI JUGAR A PALOP

Sin duda alguna es lo que contaré a mis nietos con orgullo. No sé si somos conscientes de la leyenda que supone Andrés Palop para el sevillismo. Hoy, en activo, junto a otra leyenda -sin desmerecer a los otros héroes del Centenario sevillista, como es Kanouté- es un jugador de culto para todo aquel que se precie de ser blanquirojo.

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Qué flaca es la memoria. A día de hoy poner en duda al mejor portero sevillista de todos los tiempos por cuestiones de baja forma es verdaderamente de locos. No hubo jamás un portero mejor en el sevillismo, sin desmerecer para nada a Eizaguirre y Busto que llenaron de gloria las alforjas de nuestra parroquia. Pero cualquier encuesta daría a Palop dicho honor.

Un portero que nos dio títulos por sí mismo, incluso marcando un gol que quedará escrito con letras de oro en nuestra Historia.

Lamentable, mezquino e incluso deleznable lo que hay que oír a algún personaje, quizás porque el portero es el único futbolista que no se puede permitir el lujo de fallar, a la mínima, los hay que saltan al cuello como si de vampiros se tratasen.

Yo podría llegar a comprender que, como a todos los futbolistas, le llegue su hora de retirarse, pero es que Palop está haciendo grandes paradas esta temporada y con una edad óptima para un portero.

Mis queridos nietos, yo vi jugar a Andrés Palop en el Sevilla FC, como mis abuelos vieron a Spencer, Kinké, Campanal, Arza, o Pepe Brand… y lo que le queda. El mismo que tan solo unos meses atrás nos proporcionó esta imagen.

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Y por muchos años más.